Entrevista
      concedida por Róbinson Rojas a Rodrigo Siderakis, director del OJO, 
      el 23 de agosto de 1999. Este texto es el original, exactamente como fue enviado desde
      Londres a el OJO. 
      Primera seccion: Intervención de
      Estados Unidos en Chile  
      1) Hay algo que no queda muy claro en
      torno al actuar de Estados Unidos en  
      Chile. Si bien es cierto, algunos gobiernos americanos han pedido disculpas  
      públicas en casos como la escandalosa intervenciones en Guatemala y han  
      entregado toda la información respecto a Irán contras, sin embargo, Chile ha  
      estado bastante lejos de una posible disculpa norteamericana. ¿Por qué  
      razón Estados Unidos ha mantenido tan bajo el perfil de las operaciones  
      encubiertas registradas en Chile?  
      Respuesta:  
      Desde la inauguracion de la doctrina Monroe a comienzos del siglo XIX cuando el gobierno
      de Estados Unidos declaro que el hemisferio occidental al sur del Rio Grande pertenecia al
      area geopolitica de Estados Unidos, todo el Caribe, America central y America del Sur se
      convirtieron en regiones donde los ejercitos, los partidos politicos y los presidentes o
      dictadores estuvieron en las manos de la aristocracia del capital de los Estados Unidos
      (salvo honrosas excepciones durante breves periodos en Chile, Peru, Panama, Nicaragua,
      Bolivia, y desde 1959 en Cuba). Los amos imperiales no piden disculpas, los amos
      imperiales justifican crimenes cuando los vaivenes de la politica indican que tienen que
      hacerlo. Quiero recordar que entre los anos 1900 y 1990, tropas norteamericanas han
      invadido territorios latinoamericanos MAS DE CIEN VECES. Quiero recordar que el negocio
      internacional de las bananas, cana de azucar, petroleo, etc. en el Caribe se construyo
      sobre los cadaveres de miles de centroamericanos y la pobreza de millones de
      centroamericanos para alimentar la riqueza de no mas de cinco companias norteamericanas,
      encabezadas por United Brand (antes United Fruit Company).  
      En una palabra, los matones internacionales, los amos imperiales, los gangsters del dolar
      NO PIDEN DISCULPAS
solo justifican crimenes. En el caso de Chile han estimado que
      nuestro pais no es importante, especialmente despues del termino de la Guerra Fria. Y eso,
      porque nuestro pais fue bien administrado por los sirvientes del amo imperial (los
      generales traidores y todos los politicos desde la democracia cristiana hacia la derecha)
      entre los anos 1974-1999 para servir los intereses del gran capital norteanmericano (que
      ahora es global, con socios franceses, espanoles, ingleses, y en algunos casos minusculos,
      con socios chilenos). A sangre y fuego, nuestro pais fue "pacificado" por los
      generales traidores para ponerlo al servicio del gran capital.  
      Su pregunta tiene un error: el gobierno de Estados Unidos NO HA MANTENIDO BAJO EL PERFIL
      DE LAS OPERACIONES|ENCUBIERTAS REGISTRADAS EN CHILE. Mas que eso, despues de la
      publicacion, en 1975, del informe de la Comision del Senado "Covert Action en Chile,
      1963-1974", toda la opinion publica mundial estuvo en condiciones de conocer la
      intervencion politica, enconomica, ideologica y militar de las clases gobernantes yanquis
      en Chile a un nivel no conocido en otros paises. Desde esa publicacion, mas los documentos
      desclasificados en 1999 y decenas de trabajos periodisticos, la opinion publica mundial ha
      sabido como los Presidentes de Chile, especialmente Gabriel Gonzalez Videla, han estado en
      la planilla de pagos de La Kennecott y la Anaconda, como el partido radical dirigido por
      derechistas como Julio Duran y otros antes de el, era una especie de rama politica de las
      companias yanquis del cobre. Como la ITT soborno politicos democratacristianos, como el
      Presidente Frei era considerado un "asset" por la CIA. Como periodistas chilenos
      estaban en la planilla de pago de la CIA o la embajada yanqui (Rafael Kittsteiner, M.
      Gamonal, Miguel Otero Echeverria, Marcos Chamudes, Raul Gonzalez Alfaro, y otros de menor
      calado). Toda la literatura publicada en Estados Unidos sobre Chile desde 1970 demuestra
      hasta la saciedad dos cosas: el absoluto dominio de la politica y los altos mandos
      militares por parte de Estados Unidos, y la corrupcion y servidumbre de los politicos y
      altos mandos chilenos. De modo que no es un bajo perfil
es falta de reaccion de los
      periodistas e intelectuales chilenos por hacer estas verdades conocidas en Chile, que
      todavia vive bajo la sombra siniestra de los generales traidores y sus asesinos
      profesionales que masacraron la democracia chilena e intentaron castrarla, para servir
      mejor los intereses de la clase capirtalista chilena y la clase capitalista international
      (encabezada por el gran capital de Estados Unidos).  
      2) Es evidente que los últimos
      documentos desclasificados, podrían haber  
      generado grandes revelaciones en torno a temas relacionados con las  
      violaciones a los derechos humanos, el caso Letelier o la Operación Cóndor.  
      Sin embargo, los especialistas se han encontrado con la ingrata sorpresa, al  
      igual que otros documentos, que algunos segmentos vienen tachados con negro.  
      ¿Cuál es el miedo de mostrar ciertas informaciones 25 años después del  
      golpe?  
      Respuesta:  
      No es miedo
es que los amos yanquis estan protegiendo a sus sirvientes chilenos que
      todavia tienen activa participacion en las fuerzas armadas chilenas y los partidos
      politicos chilenos
tiene que encubrir nombres y los indicios que puedan llevar a la
      opinion publica chilena a identificar a los lacayos (esto me hace pensar que los generales
      traidores chilenos y sus compinches politicos hicieron en la ultima mitad del siglo XX lo
      que los indios yanaconas hicieron para servir a los invasores espanoles desde 1541 en
      adelante
)  
         
      3) Llama la atención que los medios de
      comunicación norteamericanos tampoco  
      han prestado gran atención a este tema. Incluso gran parte de los periódicos  
      norteamericanos que en sus editoriales han hablado de la detención de  
      Pinochet, ni siquiera mencionan el rol que tuvo Estados Unidos en el golpe  
      de Estado chileno. En contraste prestan gran atención y extensos reportajes  
      a otros hechos similares. ¿Por qué Chile no es tomado en cuenta?  
      Respuesta:  
      La gran prensa norteamericana, como la gran prensa chilena, esta en manos del gran
      capital
no publicaran material que pueda danar la imagen de la gran maffia
      internacional del capital. Chile no es tomado en cuenta porque para la geopolitica de
      Estados Unidos, Chile no tiene la menor importancia. Chile fue importante para Estados
      Unidos solamente en los 1960 hasta 1973, cuando nuestro pueblo estaba desafiando el modelo
      capitalista y trato de instaurar un sistema socialista democratico con la Unidad Popular.
      Despues de eso, con la ayuda de los generales traidores, Chile volvio a ser el rincon sin
      importancia del sur del planeta. Mas ahora, cuando ni siquiera la produccion de
      electricidad esta en manos chilenas. Todo el sector mas dinamico de la economia chilena
      esta entrelazado con el capital extranjero
las venas abiertas de America Latina estan
      mucho mas abiertas en Chile ahora. Los generales traidores las abrieron para beneficio del
      gran imperio del capital.  
      4) Si uno se guía por los informes
      desclasificados, las revelaciones de  
      reportajes de investigación y algunas entrevistas, da la sensación que los  
      militares chilenos fueron utilizados por el Departamento de Estado  
      Norteamericano como un instrumento para derrotar a Allende. Si pudiésemos  
      hacer una estadística, ¿Cuál es el porcentaje de responsabilidad que le cabe  
      en el golpe a Estados Unidos y cuál a los militares?  
      Respuesta:  
      Esta es una excelente pregunta, que podria ser el centro de una tesis de grado para un
      titulo universitario en ciencias sociales. La respuesta, en general, es asi: durante la
      Unidad Popular todo el sistema socio-economico capitalista dependiente de los Estados
      Unidos fue puesto en duda por el movimiento politico en el gobierno de Allende, y la idea
      general fue reemplazar ese sistema al servicio de una minoria chilena y extranjera por un
      sistema que sirviera a la mayoria del pueblo chileno. Eso fue los que nosotros llamabamos
      "socialismo democratico" para diferenciarlo del "socialismo
      burocratico" presente en la Union Sovietica y China, con negativos efectos para esas
      sociedades. De este modo, dentro de Chile, la clase capitalista apreto sus filas, organizo
      a la clase media y trato (con exito) de arrinconar la revolucion movilizando a los
      sirvientes del capital en las fuerzas armadas chilenas. Por otro lado, en terminos
      internacionales, el ejemplo chileno era un "mal ejemplo" para el resto de
      America Latina, porque nuestra revolucion era "constitucional", estaba dentro de
      las leyes del establecimiento capitalista. En el marco de la guera fria, Estados Unidos
      tenia que destruir el experimento chileno.  
      Asi, los intereses del gran capital yanqui y del gran capital chileno fueron totalment
      coincidentes. De modo que Estados Unidos financio la desobediencia civil de los
      capitalistas y latifundistas chilenos (lean
      "Covert Action in Chile; 1963-1973", y "Estos Mataron a Allende",
      Robinson Rojas, Ediciones Martinez Roca, Barcelona, y Harper and Row, New York, 1974 y
      1975).  
      Tambien, los Estados Unidos movilizaron a sus sirvientes en las fuerzas armadas chilenas y
      el resultado final fue una conspiracion de las clases acomodadas chilenas para destruir el
      poder politico de las clases trabajadoras chilenas con total apoyo financiero, militar y
      politico del gobierno de Washington. Desde ese angulo esta claro que el golpe de estado
      del 11de septiembre fue "chileno", pero los "socios" eran
      norteamericanos. No es muy cientifico aplicar porcentajes a fenomenos sociales, pero
      parafraseando los documentos de la revolucion china cuando discutieron el papel de Mao en
      su revolucion, yo diria que el 11 de septiembre de 1973 fue 70% de parte chilena y 30% de
      parte yanqui
pero 100% sirviendo los intereses del gran capital internacional. Asi,
      los generales no solo fueron traidores la constitucion chilena, sino tambien traidores a
      los intereses de la economia chilena.  
      5) Larry Johnson, un antiguo analista
      de la CIA, señaló en un programa de  
      CNN que la CIA había planificado un golpe que no dio resultados y que  
      posteriormente Pinochet actuó solo y sin el apoyo de Estados Unidos en el  
      derrocamiento de Allende. ¿Es creíble esa afirmación?  
      Respuesta:  
      Esto es muy bien explicado en la primera seccion de "Covert Action in Chile: 1963-1973". Pueden consultar su texto en mi banco de datos (Rrojas
      Databank): http://robinson.rojas.net  
      6) En un principio y bajo la mirada de
      Kissinger, Estados Unidos apoyó a la  
      Junta Militar mediante hechos que saltan a la vista, como la apertura de  
      créditos y préstamos. Pero a los pocos años de estar gobernando Pinochet,  
      los americanos retroceden y finalmente comienzan a ponerle trabas económicas  
      a Chile, en vez de apoyar las políticas del gobierno de facto. ¿Cuál es la  
      razón de este distanciamiento?  
      Respuesta:  
      Una aclaracion: el gran capital yanqui nunca dejo de apoyar las politicas economicas de la
      dictadura. Lo que paso al nivel propagandistico fue que el gobierno de Estados Unidos
      tenia que mostrar una cara mas decente ante la opinion mundial, especialmente de sus
      aliados en Europa Occidental, donde la opinion publica estaba horrorizada con la politica
      genocida del dictador Pinochet, lo cual se reflejaba en los informes anuales de Naciones
      Unidas. Los norteamericanos no "retrocedieron", simplemente trataron de
      distanciarse de las matanzas y torturas de los generales traidores, pero apoyandolo para
      que terminara el trabajo sucio de desmantelar la organizacion politica de la clase
      trabajadora chilena.  
      7) Chile en la actualidad es un país
      "insignificante" en el contexto mundial  
      por muchas razones. Hace 30 años atrás estaba aún más ausente en el mundo.  
      Si dejamos de lado las razones estratégicas en torno al crecimiento que  
      pudiese haber tenido el Comunismo en Latinoamérica. ¿ Por qué razón hubo tal  
      ensañamiento por parte de Estados Unidos mediante acciones encubiertas desde  
      1963 en adelante?  
      8) William Colby, ex director de la CIA señala en una entrevista a Oriana  
      Fallacci en el año 1976 que la CIA tiene sus clientes y que por la seguridad  
      del organismo no pueden revelar sus fuentes. ¿Cuáles fueron los clientes que  
      tuvo la CIA en Chile?  
      Respuesta para las preguntas 7 y 8:  
      Esto ya lo conteste mas arriba. Respecto a Colby, lean mas abajo lo que publique en Espana
      en 1974, como apendice de la primera edicion en castellano de "Estos Mataron a
      Allende. ".  
      Segunda Seccion: Detención de
      Pinochet.  
      9) La detención de Pinochet en Londres
      puede ser un tema discutible desde  
      muchos puntos de vista, pero usted no cree que Estados Unidos es el primer  
      país que debiera solicitar la extradición de Pinochet por ser éste el  
      principal responsable de un acto de terrorismo en Washington, cuando  
      asesinaron a Letelier y a su secretaria?  
      Respuesta: 
      Estoy de acuerdo con la "declaracion" implicita en su pregunta. Pero, recuerde,
      los amos imperiales no tienen que justificar nada. Ellos hacen lo que mas les conviene en
      el momento, ya sea masacrar al pueblo chileno usando las manos sucias de los generales
      traidores, o masacrar al pueblo indonesio usando las manos sucias de los generales
      dirigidos por Suharto, y, finalmente, asesinando campesinos en Nicaragua financiando las
      operaciones militares con la venta de cocaina a los jovenes estadounidenses.  
         
      10) Los medios de prensa y los
      políticos chilenos, han dado la imagen que el  
      caso Pinochet tiene relevancia mundial. En la actualidad, cuál es la  
      percepción que tienen en Inglaterra de ello.  
      Respuesta: 
      El caso Pinochet tiene relevancia mundial no por la persona de Pinochet sino por lo que
      significa como el primer paso de una nueva etapa en la justicia internacional, donde los
      delincuentes, criminales, y asesinos no puedan escapar de la justicia huyendo a paises
      extranjeros. La opinion publica inglesa no tiene mucho respeto por la imagen de Pinochet.
      En general, ven en el otro representante de las fuerzas armadas de las republicas
      bananeras, y como un dictador tratando de justificar lo injustificable. En esto, los
      mediocres intelectuales mandados desde Chile para "hacer opinion publica" aqui
      han atornillado al reves, porque sus argumentos se han centrado en justificar las torturas
      como herramientas politicas
  
      11) Puede suceder que una comisión de
      senadores o diputados chilenos pueda  
      influir en la opinión pública inglesa, en la decisión del gobierno o en los  
      tribunales ingleses, como se trató de mostrar en Chile?  
      Respuesta: 
      Por supuesto no
la opinion que en esta parte del mundo existe sobre los politicos de
      un pais que tiene que mirarle las caras a los generales para gobernar es muy baja
los
      tribunales, gobierno y opinion publica ingleses no dan ningun credito a los politicos
      chilenos, especialmente a los que vienen vestidos de generales.  
      12)Según su perspectiva, cuál es la
      salida más simple para Pinochet,  
      entregarse a la justicia Española o esperar las razones humanitarias.  
      Respuesta: 
      No me preocupa mucho la salida que tenga un individuo que traiciono su juramento en la
      Escuela Militar, traiciono a su gobierno y ordeno asesinar a miles de chilenos (no hay que
      olvidar que el servicio de inteligencia que el comandaba adiestro perros para violar
      prisioneros con el fin de degradarlos)
en realidad, el general traidor no tiene
      alternativas
la peor es entregarse a la justicia espanola porque entonces seria
      juzgado por la totalidad de los casos presentes en el informe de reconciliacion
      nacional
lo que produciria una condena a por lo menos CIEN ANOS de carcel. Por
      supuesto, estan las razones humanitarias
pero cuando recuerdo que este individuo
      estaba a cargo de las bandas de facinerosos en uniforme que violaban y descuartizaban a
      prisioneros metodicamente
me dan ganas de vomitar
y las razones humanitarias se
      borran del cuadro.  
      -----------------  
      La parte mas importante de mi respuesta
      esta en el siguiente texto, que es un documento que contesta sus 8 primeras preguntas. Es
      un documento que ha sido traducido por publicaciones en aleman, italiano, ingles, arabe, y
      frances. Es importante que mis respuestas tengan este texto incluido.  
         
         
      Titulo: Estos mataron a Allende. Reportaje  
      a la masacre de un pueblo.  
      Autor : Róbinson Rojas  
      Fecha : 1a. Edición. Octubre 1974  
      Editor: Ediciones Martinez Roca, S.A.  
      Ciudad: Barcelona  
      Pais : Espana  
      ISBN : 84-270-0266-1  
      ------------------------------------------------  
      Apéndice (paginas 287-299)  
      El Pentágono, la C. I A., Kissinger y los generales de la junta chilena  
      En los últimos veintidós días de septiembre de 1974 ocurrieron tres sucesos
      dramáticos, dos en Estados Unidos y uno en Argentina, los cuales, aparentemente
      desconectados entre sí, fueron, sin embargo, parte de la trama que conduce a conocer el
      argumento completo del  
      derrocamiento sangriento del gobierno constitucional de Chile en septiembre de 1973, la
      participación de sectores de poder de los Estados Unidos en él, y las maniobras que hoy
      se hacen para ocultar a los verdaderos actores estadounidenses de esa trágica pieza
      fascista.  
      Los tres sucesos son los siguientes:  
      1) El «New York Times», el 8 de septiembre, da a conocer pruebas irrefutables (con los
      Extractos del testimonio del propio jefe de la CIA) de los esfuerzos del gobierno
      norteamericano, entre 1970 y 1973, para derrocar al gobierno chileno de la época.  
      2) El presidente de los Estados Unidos, en una conferencia de prensa sostenida el 17 de
      septiembre, admite como válidos los esfuerzos del gobierno de su país para derrocar al
      extinto presidente Allende, de Chile.  
      3) El 30 de septiembre, es asesinado en Buenos Aires el ex comandante en jefe del
      ejército chileno, general de división (R) Carlos Prats González.  
      287  
      Los dos primeros sucesos dejaban en claro las siguientes cosas: La CIA gastó más de ocho
      millones de dólares entre 1970 y 1973 para derribar el gobierno legal de Chile, y lo hizo
      con el visto bueno, la aprobación y la complacencia del presidente de los Estados Unidos;
       
      el secretario de estado Henry Kissinger aprobó personalmente el complot. El actual
      presidente de los Estados Unidos encuentra «moralmente» apropiado que la Casa Blanca
      conspire para cambiar gobiernos en otros países. Hasta aquí, todo claro, excepto por un
      pequeno, importante, y fundamental detalle.  
      No fue la CIA la que tuvo un papel fundamental en los preparativos para el derrocamiento y
      asesinato de Allende y posterior masacre del pueblo chileno. Al revés, la CIA cometió
      errores de apreciación (asesinato del comandante en jefe del ejército chileno en octubre
       
      de 1970, general de división René Schneider) y de subestimación de la capacidad de
      organiza- ción del pueblo chileno (gran huelga empresarial de octubre de 1972). Errores
      que le costaron perder «el liderato» en el complot norteamericano para acabar con el
      gobierno constitucional de Santiago. Y no fue la CIA, sino el Pentágono quien convenció,
      sobornó y planificó, en unión con los actuales generales de la Junta fascista chilena,
      el asesinato de  
      la democracia en mi país.  
      Asi pues, la publicación en septiembre de 1974 de los testimonios de William E. Colby,
      Director de la Agencia Central de Inteligencia, dados en abril del mismo año en una
      audiencia top-secret del senado norteamericano, ¿para qué servia en realidad?  
      Notoriamente, para dos propósitos: uno, hacer de la CIA un chivo expiatorio
      norteamericano de la ingerencia del gobierno de Washington en los sucesos de Chile, y,
      dos, para «desestabilizar» la posición del Secretario de Estado Henry Kissinger en la
      actual politica  
      interna de los Estados Unidos.  
      Del segundo suceso no me ocuparé aquí porque corresponde a problemas internos de la
      politica de los Estados Unidos, que no me incumben. Pero del primero si me ocuparé,
      porque tiene que ver con el infierno que los generales del Pentágono, via sus títeres
      militares en las  
      fuerzas armadas chilenas, desataron en mi patria.  
      ¿Para qué -podia uno pensar- se destapaba asi, en septiembre de 1974, el papel
      intervencionista de la CIA en los asuntos politicos internos de Chile? Claro, para ocultar
      la culpabili-  
      288  
      dad de los verdaderos protagonistas del drama: los generales del Pentágono. Y eso, porque
      los hechos y los dichos de los generales títeres chilenos estaban causando una tal
      conmoción en el mundo, incluyendo la opinión publica de los Estados Unidos, que
      necesariamente debía llegar el momento en que los políticos de este país tuvieran que
      responder a la inquietud de sus electores, sobre todo teniendo en cuenta los renovadores
      aires de Watergate.  
      En suma, para nosotros los chilenos, conocedores del interior de la trama que puso al
      fascismo en el cuello del pueblo chileno, estaba claro la noche del 8 de septiembre que el
      «nuevo Watergate» desatado por el «New York Times», señalando a la CIA y a Kissinger
      como  
      chivos expiatorios del golpe de Chile, ocultaba las manos del Pentágono en el suceso.  
      Dos hechos posteriores lo probaron. Uno ocurrió el 9 de septiembre, cuando Kissinger
      autorizó a su vocero, Robert Anderson, para decir que «el Comité de los 40 actúa
      solamente con la aprobación unánime de sus cinco miembros». . y que «el Comité de los
      40 somete sus  
      decisiones a la aprobación personal del Presidente, antes de llevarlas a cabo». («The
      New York Times», 11 de septiembre 1974, en la crónica «Censored Matter in Book about
      CIA Said to Have Relate Chile Activities»). Kissinger esquivaba el bulto de dos formas:
      pasando la responsabilidad al caído señor Richard Nixon, y apuntando con el dedo a la
      composición de los cinco miembros del Comité de  
      los 40, organismo superior de inteligencia de los Estados Unidos...¡en el cual tienen
      mayoría de votos los representantes del Pentágono! Veamos la composición del Comité de
      los 40:  
      1) El señor Henry Kissinger que, por su cargo, tiene que tomar en cuenta los informes de
      seguridad nacional proporcionados por el Pentágono sobre cualquier tema importante; 2) el
      presidente del Estado Mayor General Conjunto (Joint Chiefs of Staff), es decir, el
      superjefe del Pentágono; 3) el subsecretario de Defensa, es decir, un funcionario
      directamente manejado por el Pentágono; 4) el subsecretario de Estado para asuntos
      políticos directamente bajo la presidencia de la República, y 5) el director de la CIA.  
      En suma, tal como lo pensó el asesinado presidente John Kennedy al crear el Comité de
      los 40 después de la frustrada invasión a Cuba de la CIA en 1961, este comité ponía a
      la CIA bajo la vigilancia del Pentágono y de la presidencia de los Estados Unidos...¡Y
      eso,  
      probablemente, era lo que queria señalar  
      289  
      Kissinger, a través de su vocero, el 9 de septiembre, en un intento de defenderse del
      Watergate que se le venía encima...! ¡señalar que si la CIA actuó en Chile, lo hizo
      por aprobación del Pentágono y del Presidente Nixon!  
      Tres semanas más tarde, vino el asesinato del ex comandante en jefe del ejército
      chileno, residente en Buenos Aires desde una semana después de haber triunfado la
      conspiración Pentágono-generales fascistas chilenos, el general de división (R) Carlos
      Prats González.  
      ¿Por qué asesinar a Prats ahora? Porque Prats, como jefe del ejército chileno hasta
      fines de agosto de 1973, conoció las maniobras del Pentágono para derrocar a Allende,
      conoció el «informe Perú» del Pentágono leido a los generales chilenos en noviembre
      de 1972, conoció las instrucciones de jefe del Estado Mayor General Conjunto de los
      Estados Unidos (uno de los cinco del Comité de los 40), a los generales chilenos para
      derrocar el régimen constitucional de Chile, y conoció tanto todo esto, que a fines de
      agosto de 1973 renunció  
      a su cargo de comandante en jefe para no ser cómplice de la desverguenza universal que se
      iba a dejar caer sobre el generalato chileno a partir del 11 de septiembre.  
      En una palabra: el ex jefe del ejército chileno era el único testigo de graduación
      maxima en situación de decir que no había sido la CIA sino el Pentágono el jefe del
      complot para asesinar la democracia chilena. Había que asesinarlo. (Esto no es nuevo para
      la opinión  
      pública norteamericana. La lista de testigos clave asesinados a propósito de los
      asesinatos de John Kennedy, Martin Luther King, Robert Kennedy y otras figuras menores es
      interminable).  
      Nueve puntos  
      Sin embargo, es bueno acercarnos más al detalle del asunto. De acuerdo a la crónica
      firmada por Seymour M. Hersh, del «New York Times» del 8 de septiembre de 1974, las
      declaraciones  
      del señor Colby (director de la CIA), el dia 22 de abril, al Subcomité de Inteligencia
      sobre los Servicios Armados de la Camara de Representantes, podrían resumirse en nueve
      puntos fundamentales:  
      1.0 Las operaciones de la agencia, desde 1970 hasta 1973, fueron consideradas como una
      prueba para la técnica de utili-  
      290  
      zar fuertes pagos en efectivo a fin de derribar un gobierno considerado como antagónico
      para los Estados Unidos.  
      2.0 El señor Colby afirmó también que todas las operaciones de la agencia contra el
      Gobierno Allende fueron aprobadas por adelantado en el Comité de los 40 en Washington, un
      organismo secreto de alto nivel para la inteligencia dirigido por el secretario de Estado
      Kissinger  
      (...es decir, el Comité de los 40, en el cual tiene mayoría de votos el Pentágono,
      autorizó a la CIA su intervención de apoyo a las maniobras del Pentágono para poner a
      los generales títeres chilenos en el poder, destruyendo la democracia chilena).  
      3.0 El testimonio del señor Colby indica que altos funcionarios en el Departamento de
      Estado y la Casa Blanca engañaron repetida y deliberadamente al público y al Congreso
      acerca de la magnitud de la acción de los Estados Unidos al introducirse en los asuntos
      internos de Chile durante los tres años del gobierno del doctor Allende (los recientes
      sucesos de Watergate no hacen de este hecho una novedad para el público norteamericano).  
      4.0 El señor Colby testimonió que 500.000 dólares fueron autorizados secretamente por
      el Comité de los 40 en 1970 para ayudar a las fuerzas anti-Allende. Otros 500.000
      dólares fueron proporcionados a las mismas fuerzas en 1969, dijo el señor Colby. (Esto
      tiene que  
      ver con el primer gran fracaso de la CIA en Chile contra Allende, en octubre de 1970,
      cuando el Pentagono debió intervenir incluso para exigir a Nixon que ordenara a la CIA
      desistir de su descabellado plan para impedir que Allende fuera ungido presidente en el  
      Congreso chileno, el 24 de octubre de ese año).  
      5.0 Testimonió que habían sido autorizados 350.000 dólares por el Comité de los 40 en
      un fracasado esfuerzo para sobornar a miembros del Congreso chileno. El soborno era parte
      de un complot mucho más complicado cuyo fin era desconocer los resultados de la elección
       
      (presidencial), aseguró el señor Colby, pero todo el plan, aunque inicialmente aprobado
      por el Comité de los 40, fue más tarde rechazado por impracticable. (Es una verdadera
      lástima no contar en la actualidad con un testigo responsable del Pentágono, para saber
      si esta historia de los sobornos se repitió con los generales que actualmente mantienen
      al pueblo chileno bajo la bayoneta.)  
      6.0 El director de la CIA también dijo que después de la elección de Allende, el
      Comité de los 40 autorizó cinco millo-  
      291  
      nes de dólares para mayores esfuerzos de «desequilibrio» en 1971, 1972 y 1973. Una
      cantidad adicional de un millón y medio fue proporcionada para ayudar a los candidatos
      anti-Allende en las elecciones generales del año pasado. Algunos de esos fondos fueron
      proporcionados, testimonió el señor Colby, a un periódico influyente anti-allendista en
      Santiago, al cual no identificó (a partir de 1972, esta parte del trabajo de la CIA se
      hizo en concordancia con el trabajo del Pentágono: mientras la CIA «desequilibraba», el
      Pentágono «equilibraba» a los generales chilenos en torno al plan para destruir la
      democracia chilena. La CIA hacia el trabajo sucio público, mientras el Pentágono hacia
      el trabajo sucio secreto.)  
      7.0 El señor Harrington (representante demócrata por Massachusetts que reveló el
      testimonio Colby en carta del 18 de julio de 1974) señaló que «se proveyeron fondos a
      personas, Partidos politicos y medios de comunicación en Chile, a través de canales en
      otros países,  
      tanto en America Latina como en Europa... La descripción de esas operaciones por parte
      del señor Colby fue directa, aunque no hasta el punto de identificar los contactos y
      conductos reales», añadió el señor Harrington.  
      8.0 El señor Harrington citó al señor Colby testimoniando que el Comité de los 40
      autorizó un gasto de un millón para actividades de «un mayor desequilibrio politico»
      en agosto de 1973, un mes antes de que la junta militar se hiciera con el poder en
      Santiago... «Todo el  
      plan autorizado en agosto fue cancelado cuando ocurrió el golpe militar menos de un mes
      más tarde», escribió el señor Harrington. Agregó que, sin embargo, el señor Colby
      había testimoniado que habían sido gastados 34.000 dólares de esos fondos, incluyendo
      un pago de  
      25,000 dólares a una persona para comprar una radioemisora... (Esto demuestra cómo el
      Pentágono, por encima del Comité de los 40, y por lo mismo, por encima del Presidente
      Nixon, llevaba adelante su propio complot en Chile, sin contarle a nadie los detalles...
      ¿Cómo se llama esto? ¿Un estado dentro de otro estado? ¿Una especie de gobierno
      militar-industrial más arriba de la Casa Blanca cuando es necesario?)  
      9.0 Complementando las declaraciones del señor Colby, los reporteros del «New York
      Times» consultaron a funcionarios de gobierno y obtuvieron esto: «en el período antes
      del golpe», dijo un funcionano, «en el Comité de los 40 había el convencimiento
      absoluto.. de que el  
      gobierno Allende estaba destinado a desmoronarse y que era necesario desacreditarlo en
      todos los  
      292  
      aspectos... El Departamento de Estado apoyaba esto, pero de un modo diferente... La
      discusión era entre aquellos que deseaban usar la fuerza y terminar rapidamente con él
      (el gobierno chileno) y los que deseaban que se desmoronara solo. Henry Kissinger estaba
      del lado de los primeros...  
      Todos los funcionarios entrevistados pusieron énfasis en que la Agencia Central de
      Inteligencia no fue autorizada para jugar ningún papel directo en el golpe que derrocó a
      Allende». (Este punto es muy importante. Prueba que Kissinger actuaba según había
      decidido  
      el Pentágono ya en noviembre de 1972 -derribar a Allende con un golpe militar dirigido
      por los generales chilenos al servicio del Ministerio de Defensa de los Estados Unidos,
      que el Departamento de Estado no sabia del «plan duro» del Pentágono, y que el Comité
      de los 40, manejado por el Pentágono, había prohibido a la CIA entorpecer con acciones
      directas el complot altos mandos Estados Unidos-Chile en marcha ininterrumpida desde fines
      de 1972).  
      En suma, Kissinger, el Departamento de Estado y la CIA, aunque cómplices en el
      derrocamiento del gobierno constitucional de Chile, jugaron un papel secundario en
      comparación con el Pentágono, director verdadero de toda la trama.  
      ¿Quién gobierna a quién?  
      En Chicago, el 16 de septiembre de 1970, cuando Kissinger era funcionano del Pentágono,
      es decir era asesor de Nixon para asuntos de seguridad nacional, dijo, de acuerdo al «New
      York Times» del 11 de septiembre de 1974:  
      «...La asunción de Allende (a la presidencia) en Chile presentará masivos problemas
      para nosotros, y en verdad para todo el hemisferio occidental... ustedes tendrán un
      gobierno comunista en un país principal latinoamericano, junto a, por ejemplo, la
      Argentina, que está profundamente dividida... a Perú, que ha estado ya caminando en
      direcciones dificiles de tratar... y Bolivia, que ha ido en una dirección más a la
      izquierda, más anti Estados Unidos... Estamos siguiendo de cerca la situación. Y ella no
      es una en la cual sea muy grande nuestra capacidad para influir...»  
      El señor Kissinger, en esta apresurada declaración hecha sólo doce días después que
      Allende ganara las elecciones presidenciales chilenas, cometió dos errores que sus jefes
      immedia-  
      293  
      tos en asuntos de seguridad no cometieron: primero, Kissinger calificó a Allende de
      comunista, lo cual estaba muy lejos de la realidad, tanto, que pocas semanas después el
      propio Pentágono estuvo  
      de acuerdo con el informe de los generales chilenos acerca de que Allende podía hacer un
      gobierno que aplacara el ardor revolucionario del pueblo chileno, impidiendo,
      precisamente, la revolución social en Chile... las esperanzas del Pentágono fueron
      frustradas por el empuje del pueblo chileno, y en noviembre de 1972 cambió de opinión y
      estimó que no había otra salida...para la seguridad de los Estados Unidos... que
      estrangular la democracia burguesa en Chile.  
      Segundo, Kissinger señaló públicamente el itinerario de los «esfuerzos» de las
      fuerzas monopólicas que gobiernan en Washington para cambiar gobiernos en America Latina:
      Argentina, Perú, Bolivia, Chile. Hoy, cuatro años más tarde, cada lector puede sacar
      sus propias cuentas, tanto en gobiernos derrocados como en conspiraciones frustradas con
      la marca made in USA.  
      Pero, vamos a la esencia del asunto, ¿por qué el Pentágono ordenó a los generales
      chilenos asesinar a Allende y a la democracia burguesa chilena? Para impedir por medio de
      ese asesinato real e histórico, aunque transitoriamente, que el pueblo chileno hiciera la
      revolución social y se liberara del control quc sobre él tienen los grandes consorcios
      multinacionales con casa matriz en Estados Unidos. Dicho de otro modo, los generales
      chilenos, al derrocar a Allende, lo hicieron para proteger, primero, los intereses de
      grandes empresas monopólicas norteamericanas, y, segundo, los intereses de grandes
      empresas monopólicas chilenas.  
      Los hechos posteriores al 11 de septiembre de 1973 prueban esto, y hacen comprender por
      qué el Pentágono, complejo militar estrechamente ligado a los intereses monopólicos de
      los grandes consorcios norteamericanos, fue el jefe de toda la conspiración.  
      Quince días después del golpe militar, el 26 de septiembre de 1973, los generales
      chilenos piden al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos un préstamo de 24
      millones de dólares para comprar trigo. Era el mayor credito pedido en la historia de
      Chile para ese propósito al gobierno de Washington. El 24 de octubre... menos de treinta
      días después... fue concedido. Veinte días mas tarde, el 14 de noviembre, el mismo
      Departamento de Agricultura concede un préstamo de 28 mi-  
      294  
      llones de dólares a los generales chilenos, para comprar maíz, en los Estados Unidos,
      por supuesto.  
      Es bueno saber que durante el período de Allende, tres años, ese departamento yanqui le
      concedió prestamos por tres millones de dólares. A los generales, en dos meses, 52
      millones de dólares.  
      El 9 de noviembre, es decir, cinco días antes, el Manufacturers Hannover Trust de Nueva
      York presta 24 millones de dólares a los generales «para compra de artículos de consumo
      habitual».  
      El dia 2 de marzo de 1974, el ministro de Economia de los generales, Fernando Léniz, en
      el periódico «El Mercurio» señala que «ya hemos concretado los siguientcs préstamos:
      95 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional; 10 millones de la AID; 13
      millones del Banco  
      Mundial; 93 millones del Banco Interamericano de Desarrollo; otros 50 millones del BID
      prometidos para septiembre, y uno adicional del mismo banco de 24 millones de dólares
      para 24 meses»... y que «existen varias operaciones crediticias en marcha con empresas
      del area privada de Estados Unidos y otras naciones».  
      El 6 de abril, «El Mercurio» informa que el EXIMBANK ha otorgado garantía para los
      créditos de empresas privadas norteamericanas a Chile a corto y mediano plazo, y el
      general de brigada Eduardo Cano, presidente del Banco Central de Chile, dice que «la
      decisión de EXIMBANK muestra la confianza de la comunidad financiera internacional en las
      favorables perspectivas de la  
      economía chilena»...  
      Al parecer, la «comunidad financiera internacional» so refiere a los Estados Unidos. Es
      cuestión de sacar las cuentas. 285 millones de dólares de las alegres cuentas de Léniz,
      más 52 millones del  
      Departamento de Agricutura y 24 millones del Hannover Trust, hacen 360 millones de
      dólares para los generales chilenos en seis meses.  
      Hay que comparar estas cifras del Banco Central de Chile: préstamos de la misma
      categoría en 1967: 124 millones de dólares; en 1968: 304 millones de dólares; en 1969:
      263 millones de dólares; en 1970: 148 millones de dólares; en 1971: 45 millones de
      dólares; en 1972: cero; en 1973, hasta el derrocamiento de Allende, cero.  
      Hay más cifras. Como la petición de la Junta al BID, en mayo de 1974, por 297 millones
      de dólares adicionales. Como las nuevas inversiones de consorcios como Dow Chemical, Ge-  
      295  
      neral Motors, Ford Motor y ADELA, como los pagos de indemnización por 42 millones de
      dólares para la Cerro Corporation (el gobierno derrocado había fijado en 31 millones esa
      indemnización), y de 253 millones de dólares a la Anaconda (Allende habia fijado una
      «indirecta» de 770 millones de dólares en conjunto con la Kennecott Corporation y nada
      en forma «directa».  
      La junta fue generosa «con la comunidad financiera internacional» y dio 253.000.000 de
      indemnización «directa» adicional a la «indirecta».  
      Pero no so trata de abrumar al lector con cifras. Só1o un ejemplo más que resume la
      pregunta de ¿quién gobierna a quién? respecto a la junta militar chilena. Este ejemplo:
       
      En la edición del 26 de junio de 1974, página 4, del diario santiaguino «La Tercera»,
      se leía la siguiente noticia:  
      «Con la asistencia del Presidonte de la Junta de gobierno, general Augusto Pinochet
      Ugarte; el almirante José Toribio Merino, miembro de la Junta, y el ministro de
      Relaciones Exteriores, vicealmirante Ismael Huerta, fue inaugurada en la tarde de ayer en
      el edificio Diego Portales la reunión que sostienen autoridades del gobierno y
      representantes del sector privado de nuestro país con 168 empresas afiliadas a la
      Business International Corporation»... «dio la bienvenida... el general Augusto
      Pinochet, expresando: "Es muy significativo para nosotros que tan importante
      organización internacional de hombres de negocios haya decidido organizar esta
      convención en nuestro país"... y agregó: "En pocos días más será
      legalizado el estatuto del inversionista, lo que orientará y alentará a miembros de
      ustedes a invertir en el país CON LAS SEGURIDADES QUE  
      POCAS NACIONES EN EL MUNDO DE HOY PUEDEN OFRECER"...»  
      Y Pinochet tenía razón ¡y de qué manera!  
      Al día siguiente, 26 de junio, Eldridge Haymes, presidente ejecutivo de la BIC (que
      reunió en Santiago a delegados de corporaciones como la Dow Chemical, Wells Fargo Bank,
      General Electric, General Motors, Gulf Oil, IBM, Monsanto, ALCAN Aluminium, y 50 otros
      distinguidos  
      miembros del negocio multinacional), dijo: ...«con respecto al Pacto Andino el grupo
      internacional ha expresado objeciones a uno de los artículos, el número 24»... «uno de
      los principales intereses del grupo visitante es conocer el Estatuto del Inversionista
      Extranjero.  
      Mientras no sea aprobado será dificil para cualquiera de las  
      296  
      empresas del Grupo adoptar una decisión final sobre sus proyectos en Chile».  
      Dos días más tarde, después de cuatro reuniones entre el grupo BIC de consorcios
      multinacionales y los cuatro integrantes de la junta Militar, el almirante José Toribio
      Merino, declaró: «...creemos  
      que, objetivamente, la Decisión 24 no favorece, como era su propósito, el crecimiento
      acelerado de la región».  
      Menos de quince días después, el 11 de julio de 1974, los generales de la Junta
      publicaron el Estatuto del Inversionista Extranjero, en el cual se daba libertad absoluta
      a los capitales (naturalmente de las empresas multinacionales) para sacar ganancias del
      país, invertir «en igualdad de condiciones con los capitalistas chilenos», y no tener
      limitación en los sectores en que entrarían. Todo esto, contra la Decisión 24 del Pacto
      Andino. que fijaba un plazo de 15 años para  
      nacionalizar las empresas de capital extranjero y un tope de 14 % para el traslado de
      utilidades al exterior. Fue un escándalo para el resto de los firmantes del Pacto Andino,
      Bolivia, Peru,  
      Ecuador, Colombia y Venezuela. La Junta Militar se vio obligada a enviar una misión
      especial a esos países, y en el diario «La Opinión», de Buenos Aires, del 5 de
      septiembre, reproduciendo las  
      actividados de la misión chilena en Colombia, se escribía: «Los enviados chilenos
      justificaron la adopción de la medida en virtud de la angustiosa situación económica
      por que pasa su país y pidieron comprensión para estos pecados veniales...». Fue sólo
      el comienzo. En la reunión de Lima, en septiembre pasado, de los países del Pacto
      Andino, el gobierno militar chileno fue criticado tan acremente por los otros miembros,
      que la delegación chilena abandonó la reunión.  
      Este episodio demostraba como los generales chilenos habían destruido la democracia en mi
      país para garantizar al gran capital monopólico de los Estados Unidos sus negocios allí
      ...Y a qué costo... El 1 de septiembre de 1974, el abogado británico John Platts Mills,
      laborista, después de estar 15 días en Chile, declaraba: «El grado de represión y
      horror vigente en Chile supera al que reinó en Alemania en la época de la dictadura de
      Hitler» («La Opinión», Buenos Aires, 2 de septiembre 1974).  
      Y el Pentágono seguia prestando apoyo irrestricto y confidencial a los generales chilenos
      a su servicio. El 14 de mayo, según declaraciones a «El Mercurio» de Santiago, el
      embajador en  
      Washington de los militares insurrectos, general Walter Heitman, decia: «...Las
      relaciones entre Chile y los Esta-  
      297  
      dos Unidos son excelentes... hay un manifiesto deseo de ayudarnos a resolver nuestros
      problemas. Las autoridades estadounidenses han demostrado ésto con hechos».  
      Si. Como, por ejemplo, la gigantesca cantidad de armas proporcionada por el Pentágono a
      los jefes del fascismo en Chile. De acuerdo a una denuncia del periodista chileno Hernán
      Uribe Ortega, en el diario «Excelsior» de México y reproducida en «La Opinión» de
      Buenos Aires el 11 de septiembre de 1974, más de 200 millones de dólares en armas han
      salido de los almacenes del Pentágono para los generales chilenos.  
      Esta es la lista: 24 cazabombarderos de ataque A-4-D Skyhawk; 18 a 24 cazas F-5-E Tiger
      II; 18 a 24 Cessnas T-37 y A-37-B; 24 aviones de entrenamiento primario tipo T-41-C
      Cessna; dos destructores provistos de cohetes mar-aire y mar-tierra, mar-mar; dos
      submarinos convencionales; dos barcos de desembarco de tropas tipo LST o LSM; un número
      indeterminado de tanques M-60 y de fusiles M-16 (AR-55) y otras armas menores.  
      La publicación de esta lista no fue desmentida por la Junta fascista chilena, y se
      limitó a despojar de la nacionalidad chilena al periodista Uribe. La pregunta es: ¿Tiene
      el Congreso norteamericano  
      alguna idea de estos 200 millones de dólares en armas proporcionados por el Pentágono a
      los generales fascistas chilenos? ¿Para qué se está armando el gobierno títere del
      Pentágono de Chile?  
      ¿Acaso para atacar al Perú, bajo pretexto de diferencias fronterizas, y hacer para el
      Pentágono el trabajo sucio de derribar el actual gobierno del Perú? No hay que olvidar
      las palabras de Kissinger aquí citadas. Según esas palabras el Pentágono ya resolvió
      los problemas de hacerse de gobiernos títeres en Bolivia y Chile... Le faltan Perú y
      Argentina. No sería una novedad histórica que militares traidores a su patria le hagan
      el juego a una potencia extranjera, por medio de  
      guerras entro países pequeños.  
      Y ocurre que el Pentágono manejó el golpe fascista en Chile a partir de un «informe de
      inteligencia» enderezado contra un protendido «revanchismo» del actual gobierno
      peruano. Ocurre que los generales chilenos al servicio del Pentágono han atizado una
      violenta campaña antiperuana a través de sus escribas en los diarios «El Mercurio» y
      «La Tercera», de Santiago. Es como para pensar que algo grande preparan en el cono sur
      de nuestra América los generales del Pentágono por medio de sus peones militares en
      Chile, Pinochet, Merino, Leigh y Mendoza. ¿Será una novedad el hecho de que el
      Pentágono esté preparan-  
      298  
      do una guerra en algún punto del globo y el Congreso de los Estados Unidos no tenga la
      menor idea? Los hechos señalan que así está ocurriendo. Y señalan también como el
      Pentágono está tratando de  
      cubrir su retirada en el caso del golpe militar chileno, desviando la atención, como
      único culpable, a la CIA y su jefe en el Comité de los 40, Henry Kissinger, en
      circunstancias que el verdadero director de la orquesta estuvo y está en el gigantesco
      Ministerio de Defensa de cinco lados de los Estados Unidos.  
      6 de octubre de 1974  
      299  
      (Versión electrónica preparada por Elena La Valle)  
      ____________________________________________________________________  
      Fin de la entrevista concedida a Rodrigo Siderakis, de el OJO, en Chile 
       
      The Crimes of the Chilean
      Generals
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